Hoy en día cualquier empresa necesita tener presencia
online, ya sea para vender directamente (como un e-commerce) o simplemente como
canal de comunicación corporativa, es decir, para generar confianza y estar en
contacto con sus clientes y partners.
Pero no siempre es fácil llevar a cabo un proyecto de
diseño y desarrollo web, ya sea para renovar la que ya tenemos o para
desarrollar una nueva. Puede pasar que la nueva web, que se empieza con ganas e
ilusión, acabe siendo un dolor de cabeza, e incluso que acabemos con una web
que no responde a nuestros objetivos y necesidades iniciales, lo que es mucho
más preocupante.
Según nuestra experiencia, es esencial definir el
proyecto adecuadamente desde el principio, para evitar los problemas más
frecuentes.
1. El presupuesto para la nueva web, sin sorpresas
¿Cuánto cuesta una nueva web? Pues depende de muchos
factores… Uno de los problemas más habituales es que al principio no se
definen bien las funcionalidades y apartados, por lo que más adelante,
cuando ya se está en fase de diseño o desarrollo, se quieren añadir extras que
pueden comportar un incremento significativo. Por ello, la fase de
conceptualización, es decir, reunirnos con un experto para explicarle bien lo
que necesitamos y que defina con exactitud el proyecto, tiene que hacerse antes
del presupuesto para no tener sorpresas. El experto nos ayudará definir
objetivos para la web, establecer prioridades e incluso a plantear un proyecto
escalable, es decir, que la web pueda crecer y adaptarse a necesidades futuras.
2. No exceder los plazos establecidos
Cuenta la leyenda que ninguna web está nunca lista en el
plazo inicial establecido. ¿Seguro? Si un proyecto está bien definido desde el principio
y contamos con un proveedor serio, no tiene por qué retrasarse. Si lo hace
puede ser, en primer lugar, por causa del proveedor, porque le falten
recursos o capacidad organizativa. En segundo lugar, puede ser por causa
del cliente, que se retrase en validaciones o enviar información solicitada, o
que pida cambios constantes que no estaban previstos. Para evitar este
problema, una vez más, hay que definir muy bien los requerimientos iniciales, y
establecer una comunicación constante y fluida con un proveedor de confianza.
3. El resultado final no es lo que esperábamos
Para una empresa, acabar con una web que no era lo que
esperaba o que no cumple con los requisitos iniciales no solo es decepcionante,
sino que se traduce en una pérdida de tiempo y dinero, y que afecta a los
resultados futuros si la web está ligada a objetivos de marketing y ventas.
¿Por qué pasa esto? Una vez más, suele ser un problema de definición inicial
de las necesidades reales. Además, es muy recomendable que estos requisitos
estén recogidos en un documento, pero sobre todo es básico contar con un
asesoramiento profesional que nos dé una perspectiva y nos aconseje. También es
importante recoger las necesidades de los diferentes departamentos de la
empresa, para tener una visión global del proyecto y que no surjan peticiones
de última hora.
Así, si una empresa de diseño y desarrollo web te pide reunirte para definir bien el proyecto antes de pasarte presupuesto, es buena señal. No hay que empezar la casa por el tejado. Y si no sabes cómo definir adecuadamente tus necesidades o cómo seleccionar el mejor proveedor, ¡Wontech puede ayudarte!
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